31/10/10

"...puedes estar callado durante un puto minuto y compartir el silencio."

“Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos era que pasaba un ángel que les robaba la voz. Y hubo tal silencio un día que nos toca hoy olvidar que de tal suerte yo todavía no terminé de callar.

Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual, pero la noche es traviesa cuando se teje el azar. Sin querer se hace una ofrenda que pacta con el dolor, o pasa un ángel, se hace leyenda y se convierte en amor.

Ahora comprendo cuál era el ángel que entre los dos pasó. Era el más terrible, el implacable, el más feroz. Ahora comprendo en total este silencio mortal. Ángel que pasa, besa y me abraza, ángel para un final.”

Nosotros teníamos todos los silencios del mundo. Entonces no me gustaba pero ahora sé que lo que de verdad pasaba era que estábamos rodeados de ángeles. Y tú y tu escepticismo lo llamaríais consuelo de tontos, pero es el clavo al que yo pienso aferrarme. 
A veces un silencio puede llenar una habitación, y el tuyo llenaba edificios. Tu silencio nacía en tus ojos, no en tu boca,  y entonces se extendía más allá de tus fronteras, se escapaba de tu cuerpo poco a poco a través de esos aros de humo verde que tanto te gustaba hacer al fumar. Podías abrumar a cualquiera simplemente con callarte. Cuando tu silencio se cruzaba conmigo se colaba por mi piel y me llenaba las arterias y las venas no sé bien si de vida o de muerte... y se quedaba en mí. 
Ahora te echo de menos callado, porque la gente común que tanto odiabas y envidiabas -también estabas lleno de encantadoras paradojas- no puede dejar de hablar, y sus palabras no calan la mitad que tus silencios y yo sólo pienso en cuánto siento, y de qué manera, lo del último estallido. Y ya no hay ángeles, ni consuelos de tontos, ni nada.

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